A la tumba contigo






La idea del paso del tiempo
O un piano que tictactea
sobre mis órganos vitales.

El bum y el bam
de la rutina conseguida.
El lamento del doble espacio
que se cuela en la vida cotidiana.
El dolor que supone la sorpresa.
Lo que ya pensaste que pasaría.
Lo que ya pensaste que pasaría.
Lo que ya pesaste que pasaría.
El mal cálculo de acontecimientos
Y el cansancio de pasar siempre rozando el larguero.
Por fuera.

La búsqueda de la tranquilidad.
Querer sopesar cada detalle
de la abarcabilidad del universo.
Pensar en el corrector del Word
como en tu encefalograma tras el accidente.
La alineación de la muerte en tupperware.
El sol naciente.
La marea
y las fuerzas insustituibles que has ido alimentando.
El punto de no retorno que no viene en el contrato de la vida.
La idea del dolor tras tu propia muerte.
La idea de tus pensamientos perdidos.
La idea de tus pensamientos.


Solo se recordará lo llevado a cabo.
El resto,
a la tumba contigo.









Que todo sea relativo.
Ahora creo ver lo que hay detrás
 De un paseo en coche
O una manzana demasiado verde.
Ahora es cuando entiendo que una cortina arrugada
No es lo mismo que un suelo sin barrer.
Una bandera a media asta .
Una canción ascendente que te hace descender.
Un abismo que te salva
O la caída solemne de los muertos en Connecticut.

Desechar verbos y respirar profundamente.
O pensar en el cansancio acumulado.
En las paradojas  que superan el grado de problema.
En la no solución de la no existencia.
En desechar respirar
O apreciarlo todo.
En la idea de mi hija aterrizando en una isla habitada.
En la desecación del alma.
En Nabokov.
En el refranero.
En ti.