Los días que siguieron.




No me contaron que me iba a doler la muela una vez al año.
No me contaron lo del tiempo perdido
ni los agobios estomacales
ni la ansiedad de la espera de gente 
o de sustancias.No me contaron lo  del momento
en que me haría un hombrecito
y otros tantos dentro de la cabeza
me dirían "no lo hagas, hazlo, no lo hagas".
No me contaron lo de la existencia del dinero,
la necesidad,
la duda,
las castañas y el fuego.
No me avisaron de nada.

Solo de que a partir de ahora
el tiempo pasaría muy rápido
y cuando quisiera darme cuenta
sería demasiado tarde,
demasiado viejo
o de día.

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