La Segunda Guerra Mundial






 
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El Siempreperdido
se ha bebido una cafetera,
ha barrido toda la casa,
ha puesto y tendido lavadoras,
ha fregado todos los suelos,
ha llorado mientras ponía una olla con lentejas,
se ha recortado la barba,
se ha duchado con agua caliente,
ha organizado los últimos libros,
ha organizado la última ropa,
ha eliminado manchas de vasos,
ha cerrado bolsas de basura,
se ha cepillado los dientes,
se ha vuelto a repetir que necesita un corte de pelo,
le ha dado el desayuno a su hija,
ha leído tres ensayos sobre Alan Moore,
ha saludado con su mejor sonrisa,
ha ayudado a los vecinos,
ha regado el cactus
e incluso ha pensado en el trabajo
como buen ciudadano que es.

El Siempreperdido tiene la pantalla llena de Post-Its
llenos de datos que probablemente
el tiempo termine derribándolos
y se perderán en el océano de su inconstancia,
de la inmutabilidad de su carácter.
Se ha puesto calcetines limpios de invierno
mientras el sol entraba en la habitación,
ha intentado poner música alegre,
ha intentado por todos los medios hacer de este día
“un buen día”.
Ha llorado sobre las escenas del futuro próximo.
Ha descubierto algo.
La música que ha conseguido poner 
no es música alegre.
El Siempreperdido ha retrocedido dos años en el tiempo.
Ahora es 2011
y ahora todo cae como caen
los engranajes en Watchmen
porque el Siempreperdido está anclado,
está seguro de la importancia de lo que pensó en 2004.
El Siempreperdido vio y predijo su futuro
porque de alguna manera
formaba parte de su presente.
Hay sentimientos que, al enraizarse en su base obsesiva,
no pueden ni tan siquiera modificarse,
transmutarse, solaparse o destruirse.
Ha removido las lentejas
se ha puesto desodorante
ha cargado el teléfono.
El Siempreperdido en vez de encontrar la salida
se ha sumergido con cara de enfado
en el pozo de la incomunicación.
Ni se os ocurra echarle una moneda.

2 comentarios:

yeta dijo...

Los Delinqüentes. Pablo Carbonell. No me pises que llevo chanclas.

;)

Un abrazote, Andrés.

yeta dijo...

Los Delinqüentes. Pablo Carbonell. No me pises que llevo chanclas.

;)

Un abrazote, Andrés.