MICRORRELATO SOBRE EL EFECTO MARIPOSA CON PRINCIPIO DICKENSIANO Y FINAL EINSTEINIANO



Erase una vez una mariposa nocturna macho que, debido a un estimulante placer que recorrió su tronco al succionar determinado tipo de polen, batió las alas en Indonesia.
Al mismo tiempo, en Barcelona no sabemos ni podemos comprobar si ocurre algo directamente relacionado con la mariposa nocturna de Indonesia, por lo tanto, no cabe acción, ni reacción, ni propósito, ni sentido de elucubración, ni microrrelato sobre el efecto mariposa con final einsteiniano alguno. ¿Dónde está el error?

METAMICRORRELATO CUÁNTICO CON MORALEJA

Un camión va cargado de agujeros por la carretera de la montaña más empinada que podamos imaginar. Porque esto es una historia ficticia, un experimento virtual que nunca se llevará a cabo. Es una metaficción dentro de otra metaficción que busca moraleja y lo único que encuentra es un chiste, del mismo modo que encuentra un chiste la persona que busca la ley universal insustituible.
Como lectores podemos pensar que el camionero va a trazar una curva perentoria, haciendo que los agujeros se agrupen en un único gran hoyo del que no seamos físicamente participantes. Podemos pensar que el camión cargado de agujeros está quebrando las ideas de Schrodinger. Podemos, incluso decir que lo que a continuación va a ocurrir es que el camión ejerza una atracción irrefrenable sobre cada uno de los agujeros que lleva en su interior, lo que quiere decir, que cada uno de los agujeros que el camión cargado de agujeros lleva en su interior se vería matemáticamente negado de toda capacidad de movimiento con o sin referencias de nuestros puntos de observación y por lo tanto, la historia se tornaría un bucle infinito donde no cabría esperar suceso alguno.
Pero no. La puerta trasera del camión cargado de agujeros se abre debido a un fallo humano del que no tomaremos consciencia para no deshilvanar el tejido interno del microrrelato, dejando caer a la calzada un único agujero del que no podemos saber ninguna característica física debido a nuestras limitaciones como lector.

El camionero da marcha atrás para recogerlo y (esto es lo que pasa y no otra cosa) se cae dentro.
La existencia es un hecho casual, como casualidad es la palabra que utilizaremos para denominar el hallazgo de la moraleja interna de este microrrelato cuántico.

MICRORRELATO EXISTENCIAL SOBRE EL DESVIRGAMIENTO FORZOSO QUE SUFRE ANA SOL, DE 16 AÑOS Y PELO TRENZADO, EN UN TÚNEL DE LA LÍNEA 7 DEL METRO DE BARCELONA LA NOCHE DE TODOS LOS SANTOS CUANDO SE DIRIGÍA A CASA DE JOAN A LLEVAR A CABO SU DESVIRGAMIENTO CONSENTIDO Y SE HABIA DUCHADO CON GEL DE CHOCOLATE Y SE HABIA PUESTO UNAS BRAGAS NUEVAS DE ALGODÓN DEBAJO DE UNOS JEANS QUIRURGICAMENTE DESGASTADOS POR LA ZONA DE LOS GLÚTEOS, PORQUE SU MEJOR AMIGA Y CONFIDENTE MARTA LAGARTA ASÍ LO CREÍA OPORTUNO Y AMBAS HABÍAN TOMADO LA SABIA Y ADOLESCENTE DETERMINACIÓN DE NO CONCEDER NI UN SOLO MINUTO DE TREGUA A SU RECIÉN DESCUBIERTO SEX-APPEAL POSTPUBESCENTE

Dios es sabio pero está de vacaciones en el infierno.

MICRORRELATO EVOLUTIVO-DARWINIANO SOBRE LA DEPRESIÓN POSTRAUMÁTICA QUE HUNDIÓ A EVA SOL EN EL MÁS ABYECTO INFIERNO MUDO O SOBRE LA POPULARIDAD INSTITUCIONAL DEL IMPOPULAR HECHO TRÁGICO DE SER VIOLADA POR UN SEROPOSITIVO RUMANO EN UN TÚNEL DEL METRO DE BARCELONA Y ACABAR PREÑADA EL MISMO DÍA QUE HABÍAS DECIDIDO PERDER ACOTADAMENTE LA VIRGINIDAD

Eva Sol es como una cucaracha. Nace. Crece. Se reproduce. Y muere.
Si me haces un masaje te escribo un poema de amor


Que hable de osos polares desnutridos
Y dientes de león que vuelan en primavera
Y se te meten en los ojos
Y te dan alérgia
Y tomas zyrtec.

Aunque el mundo sea un pañuelo
Y esté mojado
Y no seque nunca.

Si me haces un masaje te escribo un poema de amor
Que hable de los dos en tiempos de guerra
Donde nuestro amor fuera ideológicamente imposible
Y estuviéramos condenados a perecer en el intento
De acoplar nuestras almas inversamente politizadas.

Que hable de los dos corriendo por verdes praderas
Llenas de petróleo en el fin de los días
Porque nuestro amor es infinito, nena
y nos besaremos fuerte en los labios
Y existiremos más allá del tiempo y el espacio
Entre átomos y carbuncos.

Te escribiré un poema de amor que diga
Cuánto te quiero
Y cuánto te necesito
y que deje claro que los demás son los otros,
Irónicos maniquíes del extrarradio
que no nos alcanzan aquí,
en el nido infinito de nuestra casa.

Si me haces un masaje te escribo un poema de amor,
Mi amor.

El mar tornasolado susurra conchas que están huecas y sucias
Tú andas entre las rocas como una pestaña
Mecida por el viento polar
Con la punta de los dedos apenas tocando el suelo
y yo envejezco dentro de un folio en blanco de madrugadas juntos.

El mar tornasolado susurra espinas de pescado que rasgan la luna
Mientras te sientas entre dos rocas que parecen un trono
Y me gobiernas con tu puñado de rayos y besos calientes,
Tus piernas abiertas e iracundas
Y yo envejezco con las manos en los bolsillos de metal
En mi prisión sin puerta.

El mar tornasolado susurra peces que huelen a incienso
Y te tocas el pelo que se engrasa en un agudo superior
Y me amas como un ventilador,
Y mi piel se pega al hueso y el hueso al alma
Y el alma al ego
Y el ego al miedo de que todo acabe
Y termine siendo como un cacahuete
(Ligeramente parecido al infinito)

Y entonces el mar tornasolado grite.

SCHULZ

1) De cómo un abrazo simboliza una vuelta a casa



?-¡Demasiado ancho es el camino de la misericordia! ?dice el sacerdote de La Orden con las manos apuntando al cielo. Gesto que hace que la sotana se le suba más de lo debido y se le vean los calcetines blancos. Supremacía blanca.
El cónclave se reúne cada semana en el caserón oculto, propiedad de El Fundador o Fundátor. Desde la tercera fila de asientos puedo ver como El Número Uno o Primaríus, detrás de unas gafas de sol Rayban vigila las tres entradas a la sala principal. Las dos puertas de madera de roble situadas en la pared sur y el doble portón principal de la pared norte. Las paredes están adornadas con cuadros de querubines tocando el arpa y bailando y sonriendo y observando y gritando y bebiendo y tosiendo y asustando. El suelo es de mármol blanco con vetas color salmón. No puedo concretar ningún pensamiento lógico que explique porqué no veo el techo del gran salón. Solo oscuridad. Quizás el humo no es sólo incienso y nos han drogado a todos, algo que me parece perfecto en el caso de los fieles acólitos de la secta pero no en el mío. Es obvio decir que me he colado y mi vida no corre menos peligro que la vida de un marinero desquiciado.
-?y por eso os digo, hermanos, hermanos míos, que no debéis sino temer al Día, porque será entonces cuando vuestros más horrendos pecados lleguen a oídos de El Ser y no tendréis escapatoria! Será entonces cuando escucharéis vuestro propio crujir de dientes, hermanos, hermanos míos?

Creo que me he equivocado de día, de lugar y de instinto detectivesco. Podría dejar de temblar si al menos mi grabadora Sony de 265 euros funcionara. Si pudiera dar testimonio de toda esta mierda.
El público, los acólitos, tienen todos la cabeza rapada y llevan ropa blanca. No dejo de pensar en Powder. Pienso en que quizás sea el momento de dejar de escribir. De dejar toda la falta historia de mi supuesto talento y enfrentarme a los hechos con lo poco que tengo. Lástima que no me haga caso y que aunque yo no lo sepa, siga creyendo en musas y arañas. Me sabe la boca a chocolate. No tengo mano derecha, se me olvidó decirlo.
El Primaríus me mira demasiado. Yo, en cambio, no puedo mantener el tipo y ver con claridad. Se me vista la nubla del pensamiento. No se donde estoy ni quien soy. Miro hacia arriba en 0.3 segundos, justo dos décimas antes de que una boca babeante con dientes del tamaño de una motosierra se cierre sobre mi tórax.
-¡Ahí lo tenéis, hermanos, hermanos míos!¡Y el Día de la Muerte ha llegado! ¡Acercaos a Él, abrazad la libertad eterna y el eterno clamor celestial bajo vuestra vista! ¡Muerte!?










-Qué quieres que te diga, me parece una puta mierda de final, Adán. Has perdido tus cualidades, amigo. ¿Necesitas un empleo? Has de tener el agua al cuello para venir con esta maximierda, tío. Soy tu amigo, tu editor y amigo, pero no soy gilipollas. ¿Quieres pasta? El viejo Seoane te la presta, cabrón, pero no me martirices con alergias que no me quedan muchas primaveras? -mientras el viejo Seoane me soltaba la parrafada digna más acertada de todas las parrafadas dignas que el viejo Seoane suelta al día, yo, Sir Adán Schulz, que en el idioma de los indios navajos quiere decir ?el que vuelve tras el desescombro?, asentía indiscriminadamente con mis bellos ojos cargados de criptonita- ?seguro que el coche era tuyo, ¿no? Yo ya no me creo nada, jajaja. Maldito hijo prometido, siempre te sales con la tuya, ?Sueños y otras verdades? no suena nada mal, no. Pero por el amor de Dios, escribe otro final si no quieres volver a vivir de la mierda de la alta sociedad. Ya tienes un nombre aunque tú no lo creas. Deberías haber visto la reacción de la gente cuando desapareciste. Te creaste la leyenda en vida, mamón. No vengas ahora a joderla. Eres un semidiós, no te quedan más cojones que agarrar bien fuerte el tridente y gobernar. ¡Coño ya!

No sabéis lo alentador que es sentirte bendito siendo el mayor hijo de puta de la Tierra.
He estado dos años exiliado de mí mismo, viviendo en la frontera de muchas cosas. Yo he visto cosas que jamás creeríais.
Y una mierda.
No he visto nada, me han pasado los días por encima como una máquina apisonadora. He envejecido atrozmente. He bebido una botella de whisky al día en mi primer intento de desintoxicación. He malgastado medio bosque de pinos intentando escribir la novela de novelas, el golpe final a la Humanidad. Y he vuelto con un ordenador lleno de sueños drogadícticos y quemaduras de cigarrillo. He conocido a Robert Rodríguez, pero no diré nada malo de él. He vuelto a nacer rodeado de coyotes que decían ser primos hermanos de David Carradine. Soy el nuevo Jesucristo que viene a salvaros, putas. ¡Abrid las piernas y cloquead!

-?no me lo creía porque yo se que tú no eres así, quizás me equivoque pero yo te veo como un buen tipo, algo pirado y pasado de rosca pero un buen tipo que no pretende ¡escucharme cuando le intento decir algo importante! ?con un ademán matamosquitos el viejo Seoane me dio el susto más grande de mi vida o casi- ¡Maldito Schulz! Intento ayudarle todo lo que este viejo cuerpo me permite y el mal nacido ni me escucha, pensando en los coñitos de siempre que volverá a penetrar de vuelta en la gran ciudad!
-Deberías dedicarte a la rima, viejo. No te sale nada mal, ¿montamos algo? Conocí a Eminem en un puticlub, me dijo que su esposa trabajó allí.
-Jajaja, vienes entrenado, se nota que has estado haciendo piernas. Cómo vas con el tema en cuestión? -al viejo se le nota cuando se pone serio de verdad porque le sale una arruga encima de la sien derecha como de recién levantado de la siesta. Puse los brazos en cruz con las palmas mirando al cielo, levanté la barbilla pulcramente afeitada, miré el alfeizar de la ventana del despacho del viejo y dije:
-Límmmmpio.
-Seguro.
-No.
-Jajaja.
-Jajaja.
-Jajaja cabrón ven aquí que te abrace.
-Jajaja no me toques los pezones, viejo verde.



2) La fiesta íntima de bienvenida




Cuando el reloj del salón dio las doce campanadas comenzó mi fiesta de bienvenida. Todos los asistentes, más de treinta personas que han tenido algo que ver conmigo en los últimos seis años, se afanaron en llenar sus copas y sus bocas.
Había encargado un catering de lujo dos días antes. ?Todo un lujo al alcance de su mesa. Si quiere tener éxito en su próxima reunión, no dude en contratar nuestros servicios.? Seguro. Pasta de langosta, ensalada de remolacha, eneldo y tomates secados al sol, tarta tatín, blablablá blablablá. Mil cosas interesantes que echarse a la boca y yo sin apetito como un buen anfitrión, sí señor.
No tuve más remedio que sonreír levantando la barbilla por encima de los presentes cuando alguien desde la otra punta del salón me gritó por encima del volumen de la música ?el hervido de Pargo está estupendo, Adán?. El vino estaba servido, los vestidos de noche al vuelo, las pieles tersas e hidratadas, ligeramente apergaminadas por el aire acondicionado exento de humidificador de mi salón deluxe. Escurrí mi presencia entre la conversación que estaban teniendo Seoane y Alicia, una chica guapa que no me había follado de la editorial. Hablaban de las últimas novedades literarias entre comentarios de mierda sobre el devenir de sus currículos. Soy demasiado exigente, lo sé. Todo el mundo me lo dice. Dicen que me detesto, que me exijo más de lo que el mismísimo Freud lo haría. Tienen razón. Pero pasan por alto el gran detalle relevante: Señores y señoras del jurado, si conmigo soy así de consciente, perenne y calculador, imaginen lo que pienso de la gente que me rodea. De todos estos pantalones planchados y armatostes de piel y hueso que no pueden respirar.
Dado que he pasado la línea roja del avituallamiento clandestino del ego, como capital del desastre siendo desastre el nombre propio de la región mental más extensa de mi pensamiento, debo decir que aquello no era una fiesta de bienvenida. Era la convocatoria oficial para ver qué mono estaba después de haber pasado exitosamente el ídem. Ver que me seguía afeitando a diario.
Podría decir que había convocado mi propia Farsa Presupuestaria 2006. Y había tenido un éxito de cojones.
No recordaba el 87% de los nombres. Solo los de las chicas guapas y algún que otro lameculos. No soy bueno con los diálogos. No soy bueno con las miradas. No soy bueno con la comida. No soy bueno con la bebida. No soy bueno con el hecho de programar una fiesta. No soy bueno con el hecho de que sea en mi casa y, según las reglas amorales de la fiesta universal, no deba abandonar el local sino en última posición. Me había cansado de todo esto a los cinco minutos de comenzar. Como un galgo en huelga de hambre. Buen nombre para una novela.

-Ey, anfitrión querido y odiado a partes iguales, me pones otra copa o perderás la decencia dejando que sea yo quien lo haga? -alcé la vista del interior de mis córneas y la detuve tres segundos en los hombros de la mujer que me hablaba con voz de chardonnay. Al subir hasta el cráneo pude ver de quién se trataba?- Eres un gilipollas. Estuve preocupada tanto tiempo? Dame un beso ?le doy un beso, le sirvo un chardonnay, le digo ?nena, estás guapísima, ojalá pudiera enamorarme de ti y no solo de esos? volúmenes desafiantes?, me doy media vuelta, desaparezco del salón, me adentro en la cocina, cierro con llave, aprieto el culo para no cagarme encima, saco una bandeja de metal, vuelco un montoncito de cocaína y me drogo para soportar toda esta mierda. ?Ha elegido usted evasión intravenosa, gracias?.
Ahora todo me parece maravilloso. Ahora soy el de siempre, el tótem de hipotálamos calcinados. El engendro de riff agudo. El puto anfitrión de mi fiesta de bienvenida. El inconmensurable ?Agregar al diccionario? de mi mundo de Microsoft Word. Nos vamos entendiendo, colega. Ponme una copa. Adán, no Adam. ¿Acaso no todos tenemos la sensación de que el mundo es terriblemente injusto? ¿No nos pasa lo que a nadie? ¿No somos el mayor desastre de la vida? Claro que sí, ¡seguid mi bigote!

Fui al lavabo a relajar los músculos traseros. Al volver, la mitad de la gente había formado un grupo y la otra mitad corrillos de variopintos y tergiversados debatitos etílicos. Notaba como empezaban a fluir los adjetivos de mi cabeza y lo conquistaban todo como un catálogo de Ikea. Adjetivaban a todos los asistentes y etiquetaban todos los muebles. Miré sobre mi cabeza esperando ver un rombo verde de Sim prefabricado pero por suerte no pude ver nada que no fuera el adjetivo ?DROGADICTO? escrito en rojo, flotando y siguiendo mis movimientos. Sonreí. Malas hierbas que nunca mueren, cartas sobre la mesa, ir de plano y todas esas frases hechas estaban hechas para mí en aquella etapa de la fiesta. Todos pensaban que seguía estando loco por haber sido quien he sido. Me acerqué a la primera mujer en orden de proximidad y le dije:
-Hola, ¿sabes que todo esto lo pago yo y estás invitada y sin la pegajosa letra pequeña de verte obligada a ofertar favores sexuales? ¿Tienes frío? ¿Quieres que apague el aire acondicionado? Al fin y al cabo no era tan malo vivir la vida como si no importara una mierda nada. Hacía tiempo que no entendía nada de lo que pasaba a mi alrededor. Justo desde que salí de casa de mamá.

Mirar el desescombro no es lo mismo que mirar la obra en sí

Hola. Soy tú. Hace mucho que no nos vemos. Me presento. Soy tu consciencia adulterada siendo adulterada la palabra que más te gusta de tí mismo. Te contaré lo que ha pasado en los últimos tiempos por si los últimos tiempos es lo que menos recuerdas de tí. Dejaré de hacer juegos de palabra, palabra.

Nunca pensaste que salir a la calle fuera tan complicado. Jamás pensaste que viajar en autobús fuera tan doloroso. Creías que realmente no existía la persona que vuelca el respaldo de su asiento contra tu asiento. Era tu metamitologia urbana de pueblo. Nunca bebiste absenta. No necesitas Espidifen 600 mg. 's que te cautericen rasgos de personalidad o te abrillanten el alma (véase alma como refugio antiaéreo unipersonal e intransferible).

Hoy no has follado.

El mejor pensamiento que ha vagado por tu cerebro hueco ha sido "son las once y no he comido nada en todo el día", has ido a cenar a un restaurante con olor a freidora sucia y te has dejado las anchoas. Eres repulsivo. Es sábado el cuasi-día del Señor. Te pican los huevos porque hace una semana como mínimo, que no te duchas.

Ahora es cuando entra la ficción contante y sonante como en los anuncios de coches o en los relatos de ******. Ahora te digo que has matado a tu propio perro. Que te lo has comido por partes, previamente calentado en el microondas 800 watios. Bebes absenta. Te espero.

A pesar de no ser la bebida refrescante de estractos por excelencia, te refresca y te excede. Amas ser Dios dentro de tu metabolismo.

Todos tus párrafos son comienzos de novelas de ciento cincuenta páginas a lo sumo. Lo sabes y piensas en Antena3. Te vuelves a odiar.

Hoy te han dicho hijo de puta. Te has comido un bocadillo de frankfurt picante, unas patatas bravas y una ensalada con anchoas baratas. Una Coronita y una Voll Damm.

Vuelve la ficción como un tiro a bocajarro o un trago de absenta. Bebe.

-Padre, confieso que he pecado.
-De qué se trata hijo mío.
-Tengo pensamientos diabólicos padre. Necesito arrepentimiento y no lo encuentro dentro de mí. Ayúdeme.
-De qué se trata, haré todo lo posible por la gracia divina...
-He imaginado que te cortaba la cabeza y te follaba por el cuello, padre. Confieso que me he masturbado dándole verdaderas vueltas al asunto de no poder escribir más de una cuartilla. ¿Iré al cielo? Oh Dios...
- ...
-Hijo de puta, Nietszche está muerto.


Vuelves al plano biplano y tragas más absenta. No te gusta el sabor pero te gusta. Te sientes muerto. Te sienta mal. Te sientas bien. So pure. So rare. Hola.
Todo cambia mucho. Antes no podía salir de casa, ahora no tengo tiempo para entrar. No podía entrar sólo a un bar, ahora no puedo salir. Antes escribía aquí casi a diario, ahora no tengo putas ganas de escribir ni aquí ni allí ni en ninguna parte. No me sale. Se me ha olvidado o al menos eso debería haber pasado. Hagamos juntos una puesta a punto.


Tu respiración.
Tu respiración o el bamboleante traqueteo de mi verde corazón, podríamos decir. Hasta aquí todo bien, si no tenemos en cuenta este desorden mental-guión-digital.
Rewind, rewind!
Estamos asistiendo al derrumbamiento de un edificio aún en construcción. Mal hecho, por lo tanto, olvidamos. Ladrillo a ladrillo vemos como lo que cae bien podría ser nuestra madre, nuestro trabajo, nuestro, teclado, nuestras escasa vida social o de ocio o, incluso, nosotros mismos. "No se nos abre el paracaídas, mi señor". "Jódase, mi soldado, no me quedan patrias libres".
Estar en blanco delante de una pantalla blanca es lo más parecido a estar muerto o disecado. Me duele la cabeza. Me cuesta mantener los ojos abiertos.
El enraizado muro de la prisión decimonónica olía a carne frita. Carne humana frita. Carlomagno no tuvo más remedio que saltar por la ventana. Allá arriba todo le parecía tan pequeño... No pudo sentarse a mirar sin recordar viejos tiempos que nunca volverán.
Aquellos paseos lunares entre los escombros de la casa del vecino, agarrándo de la cintura como se agarra una gripe a su novia de entonces. Carlomagno recordó que lo más importante es saber cortar por lo sano. Carlomagno pensó que nunca se había hecho caso. Siempre se decía que su vida como un destornillador electrificado sobre la lengua de un niño. Por qué no nos haremos caso. Carlomagno saltó por la ventana de la prisión decimonónica sabiendo que se iba a abrir la cabeza contra el muro.
Un pincho del muro de la prisión atravesó de parte a parte la cabeza de Carlomagno como una aguja calmante. Murió en un segundo, justo despué de sentir dentro de su cabeza aquel pincho tan frío. Le quedaba un segundo de vida y pensó "no me lo imaginaba así".

Imposible.
Hay demasiadas maneras de contar las cosas.
Bendito muro que nos separa, aquí no devolvemos el dinero, en todo caso, le cambiamos su vida por otra mucho más destrozada, gracitas.

Adiós, compañeros, adiós.

Hoy es el dia que podria escribir cualquier cosa.
Podria decir lo de siempre
lo de que la gente me cae mal de entrada
y lo de que odio a las mujeres de tobillos gordos
como butifarras con demasiado trafico.
O no.
Tambien podria decir
que me sigue doliendo la espalda
a pesar del relajante muscular,
que no tengo ganas de comer,
que he dejado plantado mi primer whopper,
que aun no he hecho la maleta,
que esta tarde tengo que cargar una cocina
hasta un cuarto piso sin ascensor,
que es el ultimo dia de mis primeros dias.
Podria contaros que anoche estuvimos hablando
durante cuatro horas desde la cama.
Os diria que improvisé un ensayo sobre Depeche Mode
y otro sobre Marilyn Manson.
Maldije a la adolescencia.
Maldije a las vacas góticas y, otra vez,
sus tobillos ibericos.
Hablé de trilogias, de club de fans,
de excesos, de desaparición, de guarradas.
También podría contaros que
me quedan dos piedrecitas de farlopa
y sin ganas las aspiraré,
que tengo que ir al banco a por la tarjeta,
pedirles las contraseñas para comprar por internet,
sufrir con la evaporación de mis ahorros,
darme cuenta de que no tengo trabajo,
sonreir y volver a casa.
Podría confesaros que el ultimo sabado
como empadronado en Valencia
solo me bebi 1'33 litros de cerveza,
dos Oklahomas y una cocacola.
Que estuve con Esther y un amigo
en un garito con importantes carencias arquitectónicas
y diseñadora hortera en la puerta.
Podría apuntaros, a modo de dardo envenenado con leche condensada,
que no era la unica hortera pero sí la unica millonaria.
Podría empezar a comentaros que las cosas siempre se dañan
por el simple paso del tiempo
y hay que tomar partido,
partido de verdad,
antes de que sea demasiado tarde
y nos arrepintamos de cosas que nunca hemos hecho.
Podría deciros a todos, lectores visibles, invisibles y Lucia Etxeberria
que os metais los premios por el culo
porque cuando yo consiga alguno
os buscaré a tal efecto.
Os diría que lo dejo todo atrás por amor,
por infinitos tipos de amor
que me hacen sentir vainilla,
y no quiero entrar en detalles,
en más detalles.
Todos sabemos que me gustan las perchas,
las tetas meadas,
la cocacola con mucho hielo,
los labios gorditos,
las drogas,
el dinero,
el tiempo muerto,
los pepinillos con sabor a anchoa
y follar como un perro abandonado
que ve de lejos las luces de la perrera.
Me gusta la guerra de mis mundos
pero no me gusta no hablar nunca.
No me gusta que la gente grite
no me gusta el olor del vinagre,
las cacerolas pegadas,
el ron,
el tabaco,
la marihuana,
el olor a pies,
los pelos en las piernas,
las risas de vieja puta,
los comentarios estupidos,
las bocas abiertas como moscas,
la falta de dinero
no me gustan las manchas
de carmín pero sí el carmín,
sobretodo ese nuevo que es vibrador.
Aqui solo hay putas y maricones.
Como veis todo seguirá igual
por los siglos de los siglos.
Yonkis aladas
que los demás os llaman Musas,
yo os digo Mantis.
Os maldigo Mantis.
Deseadme suerte.
Deseadme, putas!

Ciudad Abecedario sin revisar

-No me esperes levantada -dijo con su mejor cara de actor de cine- , no volveré hasta bien entrada la noche ? si vuelvo.
Mientras escuchaba el ruido de sus propias botas al andar hacia la puerta, X, su mujer desde hacía dos semanas se giró como si no hubiera nadie en la habitación y al mismo tiempo que recordaba que estaba a punto de acabarse el zumo de naranja, prosiguió con la pedicura.
Estaba anocheciendo cuando Z salió de la casa y bajó los tres escalones de granito después de echar el cerrojo. Encendió un cigarrillo, le dio dos caladas de 5 atmósferas y apretó el botón de la apertura electrónica de su coche.
Casi en la otra punta de la ciudad, K cubre toda la superficie del cuello de L con la mano izquierda mientras con la derecha le hunde la boca de su pistola plateada en el estómago. -Maldito cabrón, piensas que no me iba a dar cuenta nunca, ¿verdad? Piensas que puedes joder a mis espaldas y salir airoso. Piensas que toda la puta ciudad está llena de penosos como tú. ¡Maldita sea, piensas demasiado!
Suena un disparo. Z apura en su cigarrillo una última chupada y lo lanza por la ventanilla haciendo que chisporrotee al caer sobre el asfalto a más de cien kilómetros por hora. El coche de Z es negro y tiene marcas de barro alrededor y en las ruedas. Piensa en X. Desde que está casado con ella su vida parece ir cuesta abajo. Puede que sea una mujer bastante gilipollas, que lea demasiadas revistas de cosméticos y que se pase el día haciendo bizcochos con diferentes mermeladas baratas pero, es una mujer adorable y el hecho de que siempre espere a su marido levantada, con la mesa puesta, no es tan malo al fin y al cabo. Z es un poco quisquilloso en cuanto a libertades y licencias.
-Es demasiado tarde para pedir ayuda, muñeca. Me temo que voy a follarte el culo y no vas a poder impedírmelo con esos gritos que nadie oye -R ha violado a catorce menores en lo que va de año. Su víctima de hoy se llama T, hija de Y, cajera de supermercado. T es una chica escuálida y pequeña. Tiene trece años y muchas pecas.- Relájate si no quieres que te duela más ? -R es gordo. Es cuatro de marzo.
En esta ciudad nadie conoce a nadie pero todos saben que tienen un vecino pederasta y un compañero de trabajo gay. Es la lata de sardinas más degenerada y pervertida que la personificación nos deja imaginar. Todos son culpables hasta de ser inocentes.
Todos menos T, hija de Y, que no tiene nada que ver con la gente de la ciudad. Ella es libre. Es inocente. Es santa a pesar de que su madre sea cajera y tuviera que seguir una terapia de doce pasos para desengancharse del caballo cuando estaba preñada. Hasta hace media hora, ambas eran felices y estaban bien. Ahora: solo Y.
Se oyen gemidos en el cielo y el infierno. Z sigue conduciendo hasta que ve un hueco entre dos coches rojos y aparca, se enciende otro cigarrillo con sus dos caladas de fondo de mar y sale disparado hacia la oficina donde trabaja. Hoy ha venido a hacer horas extras gratis porque tiene que acabar unos informes urgentes. Entra por la puerta, saluda al guardia de seguridad -hola M, que tal la noche.- saca un café expresso de la máquina de ídem, sube en ascensor los tres pisos pertinentes y se sienta en su butaca de cuero negro. Enciende su ordenador, mira la foto de su mujer, al lado del teclado y vuelve a pensar en ella. Quizás el matrimonio no sea la salvación pero de momento no parece ir tan mal. Z es un cowboy de sobremesa. John Wayne en el papel protagónico como El Oficinista.
Se abre un portal dimensional en las afueras de la ciudad. Cerca del polígono industrial sur. Rayos de colores y humo con olor a azufre. Un solo obrero presencia la escena. Se queda ciego y sordo al instante. En menos de cinco segundos muere. Le ha estallado el corazón. Del agujero espacio-temporal sale un hombre de casi dos metros de altura, pelo sucio y chupa de cuero de los años setenta. Tiene bigote de morsa y huele especialmente mal a meados. Su nombre es D de Dios. Bosteza. Hacía tiempo que no tenía que solucionar un problema personalmente. Se rasca los huevos. Acabemos cuanto antes, se dice.
Acabemos cuanto antes, se escucha en todas las televisiones mundiales en un lapso de un segundo, entre interferencias. Todas las emisoras de radio durante ese mismo segundo dejan de emitir tonterias y propagan la buena nueva: Acabemos cuando antes.
W es radioaficionado y también ha escuchado la palabra divina. La voz le resulta familiar e inmediatamente piensa en su padre muerto que le está mandando un mensaje desde el más allá.
Todo esto pasa en un segundo, a partir del cual, la ciudad sobre la que nos centramos, sigue con su habitual ritmo frenético al mismo tiempo que apático. Parece que nadie quiere hacer lo que hacer, no le gusta, pero no puede dejar de hacerlo. Bueno, al fin y al cabo, no es muy diferente del mundo real.
K está corriendo por los callejones de la zona centro de la ciudad. Se ha guardado su pistola plateada en el pantalón y corre hacia su coche antes de que la policía acuda al lugar del crímen. Ha matado a un hombre importante dentro del triángulo de la mafia de la ciudad, no tardarán en acudir prensa, vagabundos, gatos, curiosos, policía, secuaces y ambulancia en ese orden. K tiene barba y ojos azules. Siempre lleva americana y zapatos sport. Le gusta verse como un insustituible hombre de negocios turbios al que no le gusta delegar responsabilidades. Piensa que cuantos menos ojos ven un gato negro, menos mala suerte habrá, y tiene razón.
Va tan ciego de adrenalina que no se da cuenta de su gran estatura y tropieza con sus propias piernas. El sombrero sale volando y justo al caer sobre el pavimento mojado de la acera derecha de una de las calles menos principales del centro de la ciudad, la pistola se dispara y una bala le atraviesa el pene, un huevo y se le clava en el abdomen.
Se escucha un disparo. R acaba de correrse en el culo de T. El semen se ha mezclado con la sangre. T se atraganta con los latidos de su corazón, directamente instalado en la garganta. Solloza, le duele hasta el alma. Recordará esta violación todos los días de su vida, que esperemos que sean muchos. R tras violarla le dice ?muñequita de mierda? y le da siete patadas en la boca y la nariz que hace que se le salten siete dientes y el tabique nasal se deforme como un interrogante. La sangre sale a borbotones entre los huecos de la encía. Se le mete en los ojos verdes. Llora y chilla antes de perder el conocimiento. R la sigue pateando varios minutos y luego le quema arranca los pezones con unos alicates oxidados. Abandona a T en esa caseta en medio de la nada en manos de la providencia. Esperemos que T salga de esta si Dios quiere.
Se escucha rechinar de dientes. Dios no quiere nada más que acabar lo que ha venido a hacer, aunque antes debería lavarse el pelo. Ha robado un coche del aparcamiento de una fábrica de muebles y se dirige hacia su objetivo. Aparca mal y pronto delante de la puerta, sube los tres escalones de granito que separan el césped de la vivienda y llama al timbre.
Se escuchan pasos tras la puerta, la mirilla se abre.
-¡Largo de aquí, mendigo de mierda! Mi marido está al llegar y como te vea ahí plantado te pateará el culo tan fuerte que desearás no haber nacido nunca.
-Abre la puerta X, soy yo.- la mujer de Z babea tras la mirilla, los ojos en blanco, el ojo del culo se le abre y se le cierra.
-Eres ? tú ? D ? de Dios.
-Yo soy, abre ya, me cago en ? ¡puta!
No hay nadie que entienda tanto a P como S. A S como P. Uña y carne: siamesas. Llevan 27 años unidas por la espalda. Comparten un tramo de columna vertebral y sus anos están tan cerca el uno del otro que al defecar una de ellas tiene que limpiar los dos. Han tenido varias relaciones sexuales con chicos, la mayoría de ellos pervertidos internautas amantes de las emociones fuertes. Mientras S tiene relaciones con B, uno de esos degenerados internautas, P, intenta leer una revista de cine con Tom Cruise en la portada.B le toca las tetas y le dice al oído a S que es una perra deforme. P se entera de todo y pide un poco de silencio, por favor, no puede leer con tanto ruido. B se pajea en la cara de S, luego le mete la picha en el coño. P pega un salto (dentro de todo lo poco que puede moverse) y grita ?¡hijo de puta, te has equivocado de coño!? a los tres segundos susurra ?no pares ??