No se si sabes que
(antes de empaquetar mis cosas
echar el cerrojo
ahuecar el ala
poner pies
con el suspiro de siempre
y la malévola benevolencia de mi corazón)
no iba a poder evitar
pasar media mañana
oliendo las bragas negras
que dejaste en el cesto de la ropa (sucia).
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