¿Cómo vas con tu batalla?
Es maravilloso no saber que hacer
y vagar por la ciudad como una moneda.
Es extremadamente maravilloso
pasar todo el día pensando
en lo único que te hace sentir
como un pedazo de carne cortado a lonchas
con una de esas máquinas que hacen zeeep.
Es tan poético imaginar conversaciones
que nunca,
y cuando digo nunca
es nunca jamás,
van a tener lugar,
que creo que voy a aplaudir
con las ganas de una sardina.
Con las escamas de mi quitina mental arrasada.
Imagina por un momento
que toda la humanidad
sobrevuela un campo de batalla.
Lleno de trozos de metal negro doblado.
Trozos de cuerpos carbonizados.
Pedazos de vidas.
Recortes fotográficos.
Un lavabo roto.
Un piano que parece que sonría.
Humo. Tierra. Nada.
Yo tengo el mío.
Monstruoso. Impuro. Cotidiano.
Lleno de trozos de metal negro doblado.
Trozos de cuerpos carbonizados.
Pedazos de vidas. Ilusiones. Indirectas.
Retales de posibilidades. Muertas.
Un motor a gasolina. Muerto.
Olor a sangre hirviendo. Desidia.
Barricadas de libros de bolsillo. La pérdida…
Qué día no me costará la vida mirar al frente
y decir:
“la batalla la perdí”.
2 comentarios:
W-o-w.
b-r-a-v-o.
W-o-w.
b-r-a-v-o.
Publicar un comentario