Me sentía mejor cuando David Foster Wallace estaba vivo y ésta foto no me importaba.


Alli crece la flor de mi desidia.

La polución que me acompaña.

El ángel con ataques de tos.

Esto no habla de cómo van mis días,

esto habla de mí

y mi revisión decadentista

de la comida y postres

del día de navidad.

De la evacuación del planeta

en el último minuto

antes del nerviosismo químico.

Del pulso mental crujiente

del sistema qwerty

en mi desilusión.

“El lento y prolongado

desorden de los sentidos”

Olvídate de los clásicos,

olvídate de leer para ser inteligente

porque es mentira.

Olvídate de pensar que la evasión sustancial

no es producente

porque es lo único que te ata,

te tranquiliza

y te destruye.

Siendo la destrucción

lo más puro que te pueda ocurrir.

No se que saldrá

pero el puerto aún queda lejos

de noche no veo mucho

los faros se han fundido

y tengo la sensación

de que alguien se ha dormido

sobre mis ideas positivas.

Abrazo el regalo de la soledad

desde lo alto,

miro al cielo

y solo veo neón.

“El neón de siempre.”

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