Alli crece la flor de mi desidia.
La polución que me acompaña.
El ángel con ataques de tos.
Esto no habla de cómo van mis días,
esto habla de mí
y mi revisión decadentista
de la comida y postres
del día de navidad.
De la evacuación del planeta
en el último minuto
antes del nerviosismo químico.
Del pulso mental crujiente
del sistema qwerty
en mi desilusión.
“El lento y prolongado
desorden de los sentidos”
Olvídate de los clásicos,
olvídate de leer para ser inteligente
porque es mentira.
Olvídate de pensar que la evasión sustancial
no es producente
porque es lo único que te ata,
te tranquiliza
y te destruye.
Siendo la destrucción
lo más puro que te pueda ocurrir.
No se que saldrá
pero el puerto aún queda lejos
de noche no veo mucho
los faros se han fundido
y tengo la sensación
de que alguien se ha dormido
sobre mis ideas positivas.
Abrazo el regalo de la soledad
desde lo alto,
miro al cielo
y solo veo neón.
“El neón de siempre.”
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